Dios
La Fe de Dios es esencialmente monoteísta. Dios es el Ser imperecedero y no originado del que procede toda la existencia.[1] Se describe como “un Dios personal, incognoscible, inaccesible, la fuente de toda Revelación, eterno, omnisciente, omnipresente y todopoderoso”.[2] Aunque trascendente y directamente inaccesible, Su imagen se refleja en Su creación. El propósito de la creación, para lo creado, es tener la capacidad de conocer y amar a Su creador. Dios comunica Su voluntad y Su propósito a la humanidad a través de intermediarios, las Manifestaciones de Dios, que son los profetas y mensajeros que han fundado las religiones desde tiempos prehistóricos hasta el presente.[3]
La Gloria de Dios[editar]
Las Manifestaciones de Dios reflejan atributos divinos, que son creaciones de Dios hechos con el propósito de la iluminación espiritual en el plano físico de la existencia, y Bahá’u’lláh es una “encarnación completa de los nombres y atributos de Dios”.[4][5] Todos los seres físicos reflejan al menos uno de esos atributos, y el alma humana puede potencialmente reflejar todos ellos.[6] El Guardián de la Fe describe a Dios como inaccesible, omnisciente, omnipotente, personal y racional, y rechaza las creencias panteísta, antropomórfica y encarnacionista.[7]
Unicidad de Dios[editar]
Aunque las culturas y religiones humanas difieren en sus concepciones de Dios y Su naturaleza, en realidad todo ello se refiere a un único y mismo Ser. Las diferencias, en vez de construcciones irreconciliables de culturas mutuamente excluyentes, son a propósito reflejos de las diversas necesidades de las sociedades en las que las religiones han sido reveladas. Ninguna fe, con su respectiva concepción de Dios, es esencialmente superior a otra en relación al mismo contexto social. Sin embargo, las más recientes pueden enseñar una concepción de Dios más avanzada, tal como lo exigen las cambiantes necesidades de la civilización local, regional o global. Así, las religiones del mundo son capítulos de la historia de una única fe, revelada por las Manifestaciones de Dios en forma progresiva y por etapas.[8] Bahá’u’lláh escribe:
"Toda alabanza sea para la unidad de Dios, y todo honor para Él, el soberano Señor, el incomparable y todoglorioso Gobernante del universo, Quien de la nada absoluta ha creado la realidad de todo, Quien de la no existencia ha engendrado los más delicados y sutiles elementos de Su creación, y Quien, rescatando a Sus criaturas de la bajeza de la lejanía y de los peligros de una completa extinción, los ha recibido en Su reino de gloria incorruptible. Nada que no sea Su gracia que todo lo abarca, Su misericordia que todo lo penetra, podría haberlo logrado." [9]
Conocimiento de Dios[editar]
Dios es el Ser responsable de la creación de todo lo que existe.[10] Sólo hay un Dios y Su esencia es absolutamente inaccesible al reino físico de la existencia y, por lo tanto, Su realidad es completamente incognoscible.[11] Así, todas las concepciones de Dios que se han derivado a través de la historia humana son meras manifestaciones de la mente humana y no en absoluto manifestaciones de Su verdadera naturaleza.[12] Aún más, Bahá’u’lláh afirma que el conocimiento de los atributos de Dios es revelado a la humanidad a través de la comprensión de sus misterios:
"Tan perfecta y amplia es Su creación que ninguna mente ni corazón, por muy penetrantes o puros que sean, podrán jamás captar la naturaleza de la más insignificante de Sus criaturas; cuanto menos aún desentrañar el misterio de Aquel Quien es el Sol de la Verdad, Quien es la invisible e incognoscible Esencia." [13]
Acerca de lo cual señala ‘Abdu’l-Bahá:
"Puesto que nuestro conocimiento de las cosas -incluso de las cosas creadas y limitadas- es un conocimiento de las cualidades y no de la esencia ¿cómo es posible comprender la esencia de la Realidad Divina, que es ilimitada?.... Por consiguiente, conocer a Dios significa conocer y comprender los atributos divinos, no la Realidad de Dios. Dicho conocimiento de los atributos no es algo absoluto, sino que es proporcional a la capacidad y poder del hombre. La filosofía consiste en la comprensión de la realidad de las cosas tal como son, en proporción a la capacidad y poder del hombre. Pues la realidad fenoménica que es el hombre no tiene otra vía para comprender los atributos preexistentes que hacerlo en la medida de su propia capacidad." [14]
La Manifestación de Dios[editar]
Aunque Dios mismo esté fuera de toda comprensión humana, no sucede así con Su Manifestación, quien en su relación personal con Dios constituye un ejemplo inigualable para los demás seres humanos. Comparte con los demás seres humanos la creencia en un Dios personal que no es ni antropomorfa ni inconsciente. Shoghi Effendi, el Guardian de la Fe, explica,
"Lo que se entiende por Dios personal es un Dios que es consciente de Su creación, que tiene una Mente, una Voluntad, un Propósito, y no, como muchos científicos y materialistas piensan, una fuerza inconsciente y determinada operando en el universo. Tal concepción del Ser Divino, como la Suprema y siempre presente Realidad en el mundo, no es antropomórfica, ya que trasciende todas las limitaciones y formas humanas, y no intenta por medio alguno definir la esencia de la Divinidad, que está evidentemente más allá de toda comprensión humana. Decir que Dios es una Realidad personal no significa que tenga una forma física o que de algún modo se parezca a un ser humano. Aventurar una creencia semejante sería una completa blasfemia." [15]
La Manifestación de Dios no es una encarnación de Dios, Quien no puede ser dividido y no desciende a la condición de sus criaturas, pero tampoco es un simple mortal. Enfatiza simultáneamente Su condición humana de intermediario y Su divinidad en la medida en que transmite la voluntad, el conocimiento y los atributos de Dios, por lo que tiene ambas estaciones: la humana y la divina. Una analogía comúnmente utilizada para explicar la relación entre la Manifestación de Dios y Dios es la de un espejo perfecto. Dios, como el sol, es fuente de la vida física. El Espíritu Santo y los atributos de Dios son los rayos del sol, y la Manifestación de Dios es un espejo perfecto que refleja los rayos del sol.[16] Representa un nivel de existencia que es intermediaria entre Dios y los humanos.
Como dice ‘Abdu’l-Bahá, uno puede desarrollar una relación cercana con Dios a través de la oración, la meditación, el estudio de las escrituras sagradas y el servicio a la humanidad:
"Por tanto, aprendemos que la cercanía a Dios es posible a través de la devoción a Él, a través de la entrada al Reino y el servicio a la humanidad; se alcanza por unidad con la humanidad y a través del amor benevolente hacia todos; depende de la investigación de la verdad, de la adquisición de virtudes loables, del servicio en la causa de la paz universal y de la santificación personal".[17]
Notas[editar]
- ↑ Hatcher, W.S. y Martin, J.D., 1998, p. 74.
- ↑ Shoghi Effendi, 2008, p. 208. Dios Pasa
- ↑ Smith, 2008, pp. 107-108.
- ↑ Hatcher, W.S. y Martin, J.D., 1998, pp. 123-126.
- ↑ McLean y Lee, 1997, p. 66.
- ↑ Saiedi, 2008, pp. 163-180.
- ↑ Smith, 2008, p. 106.
- ↑ Fatheazam, 1963, pp. 10-13.
- ↑ Bahá’u’lláh, 2017, p. 66. Pasajes de los Escritos de Bahá’u’lláh
- ↑ Hatcher, W.S. y Martin, J.D., 1998, p. 125.
- ↑ Momen, 1988.
- ↑ Momen, 1997.
- ↑ Bahá’u’lláh, 2017, p. 63. Pasajes de los Escritos de Bahá’u’lláh
- ↑ ‘Abdu’l-Bahá, 1994, pp. 268-270. Contestación a unas Preguntas
- ↑ Helen Bassett Hornby, ed. (1988) Original en inglés: No. 1574 de Luces de Guía: Archivos de Referencias Bahá’ís de Bahá’u’lláh, ‘Abdu’l-Bahá, Shoghi Effendi, y la Casa Universal de Justicia. Editorial Bahá’í Indolatinoamericana – EBILA.
- ↑ Hatcher, W.S. y Martin, J.D., 1998, p. 118.
- ↑ ‘Abdu’l-Bahá, 2018, p. 171. La Promulgación de la Paz Universal
Referencias[editar]
- ‘Abdu’l-Bahá (1994) [1908]. Contestación a unas Preguntas (pdf edición). Editorial Bahá’í de España. ISBN 9788485238811.
- ‘Abdu’l-Bahá (2018) [1912]. La Promulgación de la Paz Universal (epub edición). Barcelona, España: Editorial Bahá'í de España. ISBN 950-9001-91-0.
- Bahá’u’lláh (2017). Pasajes de los Escritos de Bahá’u’lláh. Panel Internacional de Traducción de Literatura Bahá'í al Español. ISBN 84-95652-19-6.
- Hatcher, W.S.; Martin, J.D. (1998). The Baháʼí Faith: The Emerging Global Religion. San Francisco: Harper & Row. ISBN 0-87743-264-3.
- Hutter, Manfred (2005). «Bahā'īs». En Lindsay Jones, ed. Encyclopedia of Religion. Vol. 2 (2 edición). Detroit: Macmillan Reference USA. pp. 737-740. ISBN 0-02-865733-0. (requiere registro).
- Fatheazam, Hushmand (1963). «El Nuevo Jardín». Editorial Bahá'í de España.
- McLean, Jack; Lee, Anthony A. (1997). Revisioning the Sacred: New Perspectives on a Baha'i Theology. Kalimat Press. ISBN 0-933770-96-0.
- Momen, Moojan (1997). A Short Introduction to the Bahá'í Faith. Oneworld. ISBN 9781851681204.
- Momen, Moojan (1988). Studies in Honor of the Late Husayn M. Balyuzi. Kalimat Press. pp. 185-217. ISBN 9780933770720.
- Saiedi, Nader (2008). Gate of the Heart: Understanding the Writings of the Báb. Canada: Wilfrid Laurier University Press. ISBN 978-1-55458-056-9.
- Shoghi Effendi (2008). Dios Pasa. Editorial Bahá’í de España. ISBN 84-89677-44-1.
- Smith, Peter (2008). An Introduction to the Baha'i Faith. Cambridge: Cambridge University Press. ISBN 0-521-86251-5.
Enlaces externos[editar]
- Esta obra contiene una traducción derivada de «God in the Baháʼí Faith» de Wikipedia en inglés, concretamente de esta versión del 17 de Marzo de 2017, publicada por sus editores bajo la Licencia de documentación libre de GNU y la Licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional.