Administración

En el Libro del Convenio, Bahá’u’lláh escribió:
"Benditos sean los gobernantes y los eruditos entre el pueblo de Bahá".[1]
y refiriéndose a este mismo pasaje, el amado Guardián escribió el 4 de Noviembre de 1931:
"En este santo ciclo 'los eruditos' son, por un lado las Manos de la Causa de Dios, y por el otro aquellos profesores y difusores de sus enseñanzas que no tienen rango de Mano, pero han alcanzado una posición eminente en el trabajo de enseñanza. En cuanto a 'los gobernantes', ellos se refieren a los miembros de las Casas de Justicia local, nacional, e internacional. Los deberes de cada una de estas almas se determinará en el futuro".[2]
Estas "instituciones gemelas del Orden Administrativo de Bahá’u’lláh" se caracterizan por ser una elegida y la otra designada.[3][4] La institución electa más alta es la Casa Universal de Justicia, que posee la autoridad para complementar y aplicar las leyes de Bahá’u’lláh.[5] La máxima autoridad designada es la institución de la Guardianía, que es una autoridad hereditaria y tiene el exclusivo "derecho de interpretación de la Sagrada Escritura que le ha sido conferido únicamente a él".[6]
Algunas características distinguen a la administración bahá’í de sistemas similares de gobierno humano: los representantes electos deben seguir su conciencia, en lugar de ser responsables ante los puntos de vista de los electores; se prohíben las campañas políticas, las nominaciones y los partidos. Además, en la actualidad la autoridad ha pasado de el Fundador de la Fé a la Casa Universal de Justicia.
La administración bahá’í tiene cuatro documentos constitutivos: el Kitáb-i-Aqdás, las Tablas del Plan Divino, la Tabla del Carmelo y la Voluntad y Testamento de ‘Abdu’l-Bahá.[7]
Historia[editar]
En el tercer Vahid del Bayan el Báb escribe:
"Bienaventurado sea aquel que fija su mirada en el Orden de Bahá’u’lláh y da gracias a su Señor. Pues Él ciertamente Se hará manifiesto. Dios en verdad lo ha dispuesto irrevocablemente en el Bayán."
Y Shoghi Effendi comenta sobre este pasaje, diciendo:
"Es con ese mismo Orden que el Fundador de la Revelación prometida, veinte años después –al incorporar ese mismo término en el Kitáb-i-Aqdas– identificó el Sistema previsto en dicho Libro, afirmando que «este más grande Orden» ha trastornado el equilibrio del mundo y revolucionado la vida ordenada de la humanidad. Los rasgos de ese mismo Orden son los que, en una etapa posterior de la evolución de la Fe, el Centro de la Alianza de Bahá’u’lláh y el Intérprete designado de Sus enseñanzas delineó mediante las disposiciones de Su Voluntad y Testamento. La base estructural de ese mismo Orden es lo que, en la Edad Formativa de esa misma Fe, los servidores de esa misma Alianza, los representantes elegidos de la comunidad mundial bahá’í, están laboriosa y consensualmente estableciendo. Es la superestructura de ese mismo Orden, alcanzando su estatura plena mediante el surgimiento de la Mancomunidad Mundial Bahá’í –el Reino de Dios sobre la tierra–, en la plenitud del tiempo, la que en útlima instancia debe ser presenciada por la Edad de Oro de esa misma Dispensación." [8]
Aunque Bahá’u’lláh insinuó anteriormente muchas de las políticas que formarían la base del sistema administrativo bahá’í, el Kitáb-i-Aqdas proporciona la visión inicial más sólida de este sistema:
"El Señor ha ordenado que en cada ciudad se establezca una Casa de Justicia donde se reúnan consejeros en el número de Bahá, mas si excedieren de este número no habría inconveniente. Deberían verse entrando en la Corte de la presencia de Dios, el Exaltado, el Altísimo, y contemplando a Quien es el Invisible. Les incumbe ser los confidentes del Misericordioso entre los hombres, y considerarse los custodios designados por Dios para cuantos habitan en la tierra. Les compete consultar juntos y prestar atención a los intereses de los siervos de Dios, por amor a Él, del mismo modo que atienden a sus propios intereses, y escoger lo que es conveniente y decoroso. Así os ha ordenado el Señor, vuestro Dios. Cuidado, no sea que desechéis lo que está claramente revelado en Su Tabla. Temed a Dios, oh vosotros que percibís." [9]
Esta Casa de Justicia actua en conjunto con los Aghsán, los descendientes de Bahá’u’lláh, pero con la responsabilidad de crear y derogar leyes no reveladas explícitamente en las sagradas escrituras. Con el tiempo, estos conceptos se aclararon inicialmente en los escritos de Bahá’u’lláh y luego en los de Su hijo mayor y sucesor, ‘Abdu’l-Bahá. En cuanto a las Manos de la Causa, Shoghi Effendi ha dicho que
"Las Manos de la Causa, de los días de Bahá’u’lláh, se conocerán por sus nombres cuando la historia de la Causa en Persia y oriente próximo se escriba y sea accesible".[10]
Objetivos[editar]
Shoghi Effendi escribió que el Orden Administrativo bahá’í incorpora dentro de su estructura ciertos elementos que se encuentran en cada una de las tres formas reconocidas de gobierno secular: autocracia, aristocracia y democracia. Su objetivo es incorporar, reconciliar y asimilar en él "los elementos sanos que se encuentran en cada uno de ellos..." excluyendo los "males admitidos inherentes a cada uno de estos sistemas..." de tal manera que
"nunca puede degenerar en ninguna forma de despotismo, de oligarquía o de demagogia que, tarde o temprano, deberá corromper la maquinaria de todas las instituciones políticas creadas por el hombre y esencialmente defectuosas".[11]
Bahá’u’lláh elogió el sistema de gobierno británico que mejoraba la realeza mediante la consulta con el pueblo,[12] pero no parece respaldar específicamente la monarquía parlamentaria o consitucional.[13] En cambio, el Orden Administrativo bahá’í se refiere más al sistema de administración dentro de la Fe bahá’í que al gobierno civil. Esta diferencia se destaca en una carta escrita en nombre de Shoghi Effendi sobre el futuro gobierno mundial predicho por Bahá’u’lláh, declarando que:
"En lo que respecta al Ejecutivo Internacional al que se refiere el Guardián en su "Objetivo de un Nuevo Orden Mundial", esta declaración no se refiere en modo alguno a la mancomunidad bahá’í del futuro, sino simplemente a ese gobierno mundial que presagiará el advenimiento y conducirá al establecimiento final del Orden Mundial de Bahá’u’lláh. La formación de este Ejecutivo Internacional, que corresponde al jefe ejecutivo o la junta en los gobiernos nacionales actuales, no es más que un paso que conduce al gobierno mundial bahá’í del futuro y, por lo tanto, no debe identificarse ni con la institución de la Guardianía ni con la de la Casa Internacional de Justicia".[14]
De acuerdo con el principio bahá’í de obediencia al gobierno, la administración de los principios y leyes bahá’ís está subordinada a la consideración del gobierno civil.[15]
Bajo el Centro del Convenio[editar]
Fue ‘Abdu’l-Bahá quien aclaró los diferentes roles de la casa de justicia suprema/universal (global) frente a las locales. Supervisó y alentó el establecimiento de muchos consejos locales electos, llamándolos "asambleas espirituales". Les escribió muchas cartas aclaratorias, dando instrucciones e inspiración al mundo bahá’í. Las Tablas del Plan Divino se destacan, sin embargo, y formaron una gran parte de los primeros procesos del establecimiento de metas y planificación de la naciente administración. Abrieron regiones geográficas completamente nuevas para los bahá’ís, a quienes animaron a conectarse con los pueblos de todas las razas y culturas.
Sin embargo, uno de sus mayores legados al desarrollo del sistema administrativo fue Su Voluntad y Testamento, en el que describe varias instituciones nuevas. Aclarando los comentarios de Bahá’u’lláh sobre la autoridad de sus descendientes, describió la institución de la Guardianía como funcionando en conjunto con la Casa Universal de Justicia: una con la responsabilidad de la interpretación de las Escrituras, la otra como legisladora de nueva leyes no cubiertas por las escrituras existentes. A estos ordenó la obediencia de los bahá’ís.
"La sagrada y joven rama, el Guardián de la Causa de Dios, así como la Casa Universal de Justicia que deberá ser elegida y establecida universalmente, están ambos al cuidado y bajo la protección de la Belleza de Abhá, al amparo y bajo la guía infalible del Exaltado (que mi vida sea ofrendada para ambos). Todo cuanto ellos decidan es de Dios. Quien no lo obedezca a él, o no los obedezca a ellos, no ha obedecido a Dios; quien se rebele contra él y contra ellos se ha rebelado contra Dios; quien se oponga a él se ha opuesto a Dios; quien se enfrente a ellos se ha enfrentado a Dios; quien dispute con él ha disputado con Dios..." [16]
En el mismo documento, también:
- nombró a su nieto Shoghi Effendi como el Guardián de la Causa de Dios
- estableció criterios para el nombramiento de futuros guardianes.
- definió un nuevo ámbito de institución electa que llamó "Casa Secundaria de Justicia" (actuales asambleas espirituales nacionales), la primera de las cuales fue elegida bajo la administración de Shoghi Effendi.
- ordenó a los creyentes que evitaran a los violadores de la Alianza, baháís que se oponían a la cabeza de la fe e intentaban crear una división o facción.
- definió algunas de las condiciones para el desarrollo futuro de la administración bahá’í.
- aclaró las funciones de las Manos de la Causa y los requisitos para su nombramiento.
Bajo el Guardián[editar]
Bajo Shoghi Effendi, la Fe bahá’í experimentó su cambio más dramático en forma y proceso. Mientras evolucionaba a partir de la estructura esquelética establecida por Bahá’u’lláh y ‘Abdu’l-Bahá, Shoghi Effendi instituyó campañas a gran escala de consolidación administrativa, estableció prácticas y procedimientos para los cuerpos administrativos, nombró más Manos de la Causa, y aseguró la posición legal de la comunidad bahá’í tanto en Israel como en muchos otros paises, trabajando en conjunto con sus asambleas espirituales nacionales recién formadas. Durante este período, las funciones de las instituciones y su colaboración interinstitucional se hicieron más claras, se explicaron muchos puntos sutiles de la ley bahá’í y la Fe se extendió a la mayor parte del mundo. Los matrimonios bahá’í fueron reconocidos por derecho propio en varias regiones y la Fe bahá’í fue reconocida como una religión independiente por muchas naciones y tribunales religiosos, incluidos los tribunales religiosos islámicos en Egipto. Shoghi Effendi describió la muerte de ‘Abdu’l-Bahá y el comienzo de su propia administración como el final de la "era heroica" y el comienzo de la era "formativa" de la Fe bahá’í.
Bajo las Manos de la Causa de Dios[editar]
Shoghi Effendi murió en 1957 sin hijos y no se pudo encontrar ningún testamento. Las 27 Manos de la Causa, nombradas de por vida por Shoghi Effendi y a las que él se refirió como "los principales asistentes de la embrionaria mancomunidad mundial de Bahá’u’lláh" [17] firmaron una proclamación unánime el 25 de noviembre de 1957, poco después de la muerte de Shoghi Effendi, afirmando que había muerto "sin haber designado a su sucesor", y dejando la cuestión de la sucesión del Guardián a la Casa Universal de Justicia, que aún no había sido elegida. Poco después de su elección final en 1963, ese organismo examinó la cuestión de la sucesión del Guardián y determinó que de acuerdo a las disposiciones del Testamento de ‘Abdu’l-Bahá no se podía nombrar un sucesor de Shoghi Effendi. Entonces, al crear para sí misma una constitución que incorporaba la obediencia al cuerpo de los escritos de Shoghi Effendi, ‘Abdu’l-Bahá y Bahá’u’lláh, asumió la autoridad total sobre los asuntos de la comunidad bahá’í.
En 1968, la Casa Universal de Justicia, en colaboración con las Manos de la Causa de Dios, determinó que solo el Guardián de la Causa podía nombrar Manos de la Causa, y decidió crear juntas continentales de consejeros para continuar y ayudar en el trabajo de las Manos. En 1973 se estableció el centro internacional de enseñanza y las Manos recibieron instrucciones para actuar como enlace entre los consejeros designados para él y la Casa de Justicia. Ese mismo año se autorizó a los miembros de las juntas auxiliares a nombrar "asistentes" para actuar a nivel local. Desde entonces, todas las Manos de la Causa han muerto.
Evolución moderna[editar]
Cien años después de la muerte de Bahá’u’lláh, los bahá’ís celebraron un "año santo", durante el cual se publicó la traducción totalmente autorizada del Kitáb-i-Aqdas (Libro Más Sagrado). Coincidiendo con esto hubo un proceso de reexamen de la acción administrativa y comunitaria intra-baháí, la implementación de la ley bahá’í en mayor grado entre los bahá’ís no iraníes y la maduración de las asambleas espirituales.
A través de una serie de planes, la Casa Universal de Justicia reorientó a la comunidad bahá’í en el desarrollo comunitario y la sistematización de mejores prácticas, con la esperanza de reducir los ciclos de "auge y caída" de crecimiento comunitario característicos del siglo anterior. Comenzó a incorporarse un servicio más activo al dispararse los esfuerzos de desarrollo socioeconómico, y tanto a nivel local como nacional se centró en examinar más ampliamente las necesidades de la comunidad no bahá’í, para ver cómo la Fe podía ayudarla. Los primeros días del siglo XXI vieron a los bahá’ís comenzar a reducir sus estructuras administrativas, nombrar menos comités y centrarse en objetivos muy específicos delineados por la Casa Universal de Justicia, a saber, la creación de pequeños grupos de estudio de base, la creación de clases para niños más centradas en el vecindario y el aumento del carácter espiritual de la comunidad a través de pequeñas reuniones devocionales. Se alentó a los bahá’ís a no ver estas "actividades centrales" simplemente como actividades bahá’ís. Más bien, éstas debían verse como actividades abiertas a la comunidad en general, pero que serían características de la vida comunitaria de un bahá’í.
Este período también vio el establecimiento de consejos regionales, que forman un nivel de acción administrativa más específico que una asamblea espiritual nacional, pero más amplio que la localidad cívica, cuyos límites casi siempre definen la jurisdicción de la asamblea espiritual local. Estos parecen estar evolucionando y asumiendo muchas funciones educativas y de crecimiento y consolidación de las asambleas espirituales locales, lo que permite satisfacer las necesidades más personales de la comunidad a nivel local.
Las comunidades bahá’ís locales, nacionales e internacionales actuales experimentan con métodos de desarrollo comunitario y parecen estar intentando aprovechar la estructura administrativa para canalizar iniciativas de base, en lugar de que las instituciones superiores dicten planes y prácticas específicos.
Instituciones elegidas[editar]
Los bahá’ís eligen los miembros de los consejos que están investidos con la autoridad de la comunidad, a quienes Bahá’u’lláh se refiría a veces como "los gobernantes".[1] Los miembros de estos consejos, por sí mismos, no tienen autoridad individual. Sin embargo, cuando están debidamente constituidos y específicamente cuando deciden los asuntos como un cuerpo, estos consejos actúan como los jefes de la comunidad. Bahá’u’lláh presagió una Casa Suprema de Justicia, con Casas de Justicia locales en cada comunidad donde residen nueve o más bahá’ís adultos. ‘Abdu’l-Bahá dio a conocer la Casa "Secundaria" o "Nacional" de Justicia en Su testamento. Consideradas como instituciones embrionarias, las Casas de Justicia nacionales y locales reciben actualmente la denominación temporal de "asambleas espirituales" y se espera que, con el tiempo, maduren hasta convertirse en Casas de Justicia plenamente funcionales.
La Casa Universal de Justicia es moralmente infalible, aunque esta creencia tiene sutilezas, en el sentido de que puede tanto promulgar nuevas leyes como derogar sus propias leyes. No puede alterar las leyes definidas por Bahá’u’lláh y ‘Abdu’l-Bahá. Las asambleas espirituales nacionales y locales requieren deferencia y obediencia, pero sus disposiciones pueden ser anuladas por una institución elegida superior. Todas las decisiones de estos órganos se consideran válidas si y solo si el órgano está debidamente constituido y reunido como un órgano con quórum de miembros presentes, y siguiendo un proceso específico de consulta.
Casa Universal de Justicia[editar]
La Casa Universal de Justicia es el órgano rector supremo de la Fe bahá’í. Los escritos bahá’ís afirman que sus decisiones son "la fuente de todo bien y están libres de todo error". Se elige cada cinco años, y los miembros actuales de todas las asambleas espirituales nacionales actúan como delegados para su elección. [cita requerida]
Asambleas espirituales nacionales[editar]
Una asamblea espiritual nacional (AEN) normalmente representa a un país, aunque a veces a las regiones se les asigna su propia AEN (por ejemplo, Alaska). A veces, varios países se agrupan en una sola asamblea, por ejemplo, los estados bálticos o (originalmente) Canadá y Estados Unidos. Estos límites están sujetos a la discreción de la Casa Universal de Justicia y, obviamente, pueden cambiar, ya que Canadá y EE.UU. tienen ahora sus propias asambleas nacionales individuales. Estas asambleas se eligen anualmente a través de delegados elegidos localmente.
Consejos regionales[editar]
También se han establecido consejos regionales bahá’ís (CRB) en varias comunidades bahá’ís nacionales más grandes. Actúan bajo la dirección de una asamblea espiritual nacional y son elegidos por miembros de las asambleas espirituales locales en su jurisdicción. Están asumiendo cada vez más actividades de desarrollo y crecimiento de la comunidad, y brindan orientación y estructura para la coordinación de las comunidades locales al respecto.
Asambleas espirituales locales[editar]
Una asamblea espiritual local (AEL) representa un pueblo, ciudad o condado, y se eligen anualmente por elección directa. Si una localidad solo tiene nueve bahá’ís, no es necesario ningún proceso de elección. Las AEL gobiernan la vida de la comunidad bahá’í a nivel local y administran los asuntos de toda la comunidad, incluida la coordinación de la Fiesta de los Diecinueve Días, las celebraciones de los días sagrados, los servicios funerarios, el asesoramiento matrimonial y muchas otras tareas, aunque generalmente se realizan a través de la designación de un comité. .
Instituciones designadas[editar]
Bahá’u’lláh hace referencia a "los eruditos" de su pueblo.[1] Sus funciones fueron llevadas a cabo originalmente por las Manos de la Causa de Dios designadas por Bahá’u’lláh, ‘Abdu’l-Bahá y Shoghi Effendi. Cuando se determinó que no se podían nombrar más "Manos", la Casa Universal de Justicia formó la Institución de los Consejeros para cumplir con sus deberes. Los miembros designados actúan como individuos. Si bien no tienen autoridad para mandar o gobernar sobre asuntos, son "los eruditos" y los individuos y las instituciones están moralmente obligados a considerar sus opiniones. Estas personas inspiran, animan, instan y hacen que la comunidad esté al tanto de las escrituras relevantes y la guía de las instituciones centrales. Su función está vagamente definida, aunque sus deberes se dividen en dos categorías generales de protección y propagación de la Fe bahá’í. Los eruditos tienen una jerarquía geográfica similar.
Consejeros internacionales[editar]
Los consejeros internacionales son nueve personas designadas para el Centro Internacional de Enseñanza, que es un organismo que asiste directamente a la Casa Universal de Justicia en el Centro Mundial Bahá’í. Asesoran a los bahá’ís a nivel internacional y coordinan los esfuerzos de los Consejeros Continentales.
Consejeros continentales[editar]
Los consejeros individuales se asignan a las juntas continentales, donde interactúan directamente con varias asambleas espirituales nacionales. A menudo actúan a título informativo, comunicando la dirección y las discusiones en el Centro Mundial a las comunidades nacionales. A menudo centrarán su trabajo en uno o en un conjunto de países dentro de su jurisdicción.
Auxiliares[editar]
Las juntas auxiliares son nombradas por los consejeros continentales para ayudarlas en una escala geográfica más pequeña. Trabajan con las asambleas espirituales locales, los consejos regionales y las personas dentro de su jurisdicción. Por lo general, hay dos juntas en una sola región geográfica, una responsable de la protección y otra de la propagación de la comunidad, aunque estas funciones a menudo se superponen. Ambas juntas informan a la junta continental que las nombró, independientemente de su enfoque.
Asistentes[editar]
Los miembros de la junta auxiliar nombran "asistentes" que operan en su nombre a nivel de base. Estos asistentes a menudo se reúnen con las asambleas espirituales locales, hablan en eventos y son buscados por miembros de la comunidad para recibir asesoramiento. A veces tendrán un mandato muy localizado, como centrarse en los jóvenes en una ciudad en particular, o pueden ser nombrados de manera más amplia. Su función es tan flexible como el miembro auxiliar de la junta lo considere apropiado.
Desarrollos recientes[editar]
Si bien la mayoría de los cargos anteriores han estado vigentes durante décadas o más, en los últimos años, bajo la dirección del Instituto Ruhí de la Asamblea Espiritual Nacional de los bahá’ís de Colombia se han nombrado varios otros puestos posibles: juntas de institutos regionales, comités de enseñanza de área, facilitadores de crecimiento de clústeres, coordinadores de institutos de clústeres, coordinadores del programa de empoderamiento espiritual para jóvenes de clúster y coordinador de clases para niños del clúster por ejemplo.
Elecciones[editar]
Los bahá’ís consideran que su proceso electoral es un acto sagrado, esencial para la salud de la comunidad. Se dedica un gran esfuerzo a la organización de elecciones para cumplir con los exigentes estándares establecidos por Shoghi Effendi .
Método[editar]
Las elecciones bahá’ís utilizan un sistema de tres etapas para determinar a los electores. Quiénes son los electores y quiénes son los miembros elegibles depende del alcance de la elección. En todos los niveles, solo los residentes dentro de la jurisdicción del organismo elegido son elegibles para ser miembros. En general, los bahá’ís adultos con buena reputación que residen en la jurisdicción son tanto el electorado (ya sea directamente o por delegación) como el grupo de miembros potenciales para servir en el organismo que se está eligiendo.
La votación en sí se lleva a cabo utilizando una forma de escrutinio mayoritario plurinominal. En el caso típico, hay nueve miembros en una Asamblea o Casa de Justicia y, por lo tanto, los votantes votan por nueve personas. Los electores escriben los nombres individuales de exactamente nueve bahá’ís elegibles, sin repetirlos. Los nueve bahá’ís con más votos son elegidos. En los casos de empate en los votos se lleva a cabo una segunda vuelta electoral (a menos que uno de los candidatos empatados sea miembro de una comunidad minoritaria, en cuyo caso es declarado electo sin segunda vuelta).
Los miembros son elegidos por el electorado según los criterios establecidos por Shoghi Effendi, que constan de cinco cualidades:
"Recordemos Su garantía explícita y repetida de que cada Asamblea elegida en esa atmósfera enrarecida de abnegación y desprendimiento es en verdad, designada por Dios, que su veredicto es verdaderamente inspirado, que todos y cada uno deben someterse a su decisión sin reservas y con alegría ... el elector ... está llamado a votar solo por aquellos a quienes la oración y la reflexión le han inspirado a enaltecer ... Por lo tanto, corresponde a los delegados elegidos considerar sin el menor rastro de pasión y prejuicio, y independientemente de cualquier consideración material, los nombres de solo aquellos que pueden combinar mejor las cualidades necesarias de lealtad incuestionable, de devoción desinteresada, de una mente bien entrenada, de capacidad reconocida y experiencia madura ... Nada menos que el poder todo-abarcante y omnipresente de Su Guía y Amor puede permitir que este nuevo orden desplegado se fortalezca y florezca en medio de la tormenta y el estrés de una era turbulenta, y en la plenitud de los tiempos reivindique su alto reclamo a ser universalmente reconocido como el único Refugio de la felicidad y la paz duraderas." [18]
La Casa Universal de Justicia aclaró además que el elector, habiendo determinado quiénes cumplen con estos requisitos, debe dar "la debida consideración ... a otros factores como la distribución por edades, la diversidad y el género". [19]
No partidismo[editar]
Shoghi Effendi desaprobó severamente la política partidista y algunas otras prácticas corrientes en las democracias occidentales, como la campaña y la nominación. Como resultado:
- Se prohíben las nominaciones y las campañas. Los bahá’ís no deberían tratar de promocionarse como candidatos.
- Se insta a los votantes a no consultarse entre sí sobre la idoneidad de las personas.
- Se recomienda encarecidamente a los votantes que estudien y discutan, en abstracto, las cualidades nombradas por Shoghi Effendi como necesarias en los elegidos para servir, sin hacer referencia a las personas.
- Los individuos deben seleccionarse únicamente sobre la base de sus cualidades, sin hacer referencia a los medios materiales u otras características, excepto en la medida en que proporcionen una idea de sus cualidades.
- Se espera que los elegidos sirvan, aunque, en casos de extrema dificultad personal, dicho miembro puede solicitar que el órgano para el que fueron elegidos lo disculpe.
- En caso de empate en los últimos lugares, si una de estas personas es miembro de una minoría, automáticamente se le otorga el puesto. (En los EE. UU., Esto se refiere a la minoría racial). Si esto no está claro, o si hay desacuerdo sobre si se aplica la regla de la minoría, se lleva a cabo una elección de desempate en la que los votos se emiten solo para uno de los empatados.
Shoghi Effendi vio estos (y otros) aspectos como esenciales para preservar los plenos derechos y prerrogativas de los electores, protegiéndolos de la manipulación.
Local o regional[editar]
A nivel de administración local (ciudad, pueblo, condado), la asamblea espiritual local de nueve miembros es elegida por bahá’ís adultos en esa localidad en particular una vez al año durante su reunión general anual en el primer día del Festival de Ridvan (el día 13 del mes de Gloria, alrededor del 20 o 21 de abril).
En los Estados Unidos, Canadá e India, los consejos regionales son elegidos por miembros de estas asambleas espirituales locales en una elección que a menudo se realiza por correo. Una vez más, no se producen nominaciones, y se ordena a cada miembro de la asamblea espiritual local que vote por aquellas personas que residen en la región que consideran que son las más adecuadas para servir.
Nacional[editar]
La selección de la asamblea espiritual nacional es indirecta utilizando un método de delegación de unidades electorales. La nación está dividida en distritos o unidades de votación. En cada distrito, las asambleas espirituales locales están encargados de seleccionar uno o más delegados que asistirán a la convención nacional anual y votarán por los miembros de la asamblea espiritual nacional. Son libres para votar por cualquier bahá’í adulto en el distrito o unidad. Los delegados elegidos tienen dos deberes principales que llevar a cabo en la convención nacional: elegir la asamblea espiritual nacional y hacer recomendaciones a esa cuerpo sobre cuestiones relevantes para él. En un proceso paralelo al que se lleva a cabo a nivel local, los delegados a la convención nacional son libres de votar por las nueve personas que consideren las mejores para llevar a cabo las funciones de la asamblea espiritual nacional. También son libres de expresar cualquier inquietud a la delegación y a las asambleas salientes y entrantes. Si bien pueden transmitir a la convención las preocupaciones de aquellos en su distrito, de ninguna manera están obligados a representar a quienes los eligieron. Además, no se proporciona información a los delegados, ya sea a nivel local o nacional, sobre a quién votar en las elecciones nacionales.
Global[editar]
Cada cinco años a partir de 1963, los miembros de todas las asambleas espirituales nacionales son llamados a votar en una convención internacional en el Centro Mundial Bahá’í en Haifa, Israel para los miembros de la Casa Universal de Justicia. Actuan como delegados de una manera similar a las elecciones nacionales bahá’ís. Aquellos que no pueden asistir envían boletas por correo.
Servicio en múltiples instituciones[editar]
Los bahá’ís pueden, dependiendo de las circunstancias, servir en múltiples instituciones. Los miembros de asambleas espirituales nacionales han servido en asambleas espirituales locales, y los asistentes dentro de las instituciones designadas pueden servir en asambleas espirituales locales. Sin embargo, más allá de esto, existen varias limitaciones prácticas. Las asambleas espirituales nacionales pueden solicitar a las asambleas espirituales locales que excusen a los miembros de ambos cuerpos de los puestos ejecutivos, para que tengan mas tiempo para el trabajo de la asamblea espiritual nacional. En general, a los miembros de las instituciones designadas que son elegidos para tales instituciones se les pide que elijan servir en su capacidad elegida o designada, pero no en ambas. Los miembros de la Casa Universal de Justicia no sirven simultáneamente en otros órganos electos, aunque esto puede no ser una política formal.
Ver también[editar]
Notas[editar]
- ↑ 1,0 1,1 1,2 Bahá’u’lláh, 2002, p. 257.
- ↑ Casa Universal de Justicia, 1996, The Rulers and the Learned. Traducido del persa.
- ↑ Shoghi Effendi, 2014, pp. 44,228. El Orden Mundial de Bahá’u’lláh
- ↑ Smith, 2000, p. 27. administration
- ↑ Smith, 2000, pp. 346-350. universal house of justice
- ↑ Shoghi Effendi, 2008, p. 454. Dios Pasa
- ↑ Shoghi Effendi, 2008, Capítulo XII. Dios Pasa
- ↑ Shoghi Effendi, 2008, p. 68. Dios Pasa
- ↑ Bahá’u’lláh, 2009, no. 30. Kitáb-i-Aqdás
- ↑ From a letter written on behalf of Shoghi Effendi, 19 Apr. 1947, quoted in "The Hands of the Cause of God", memorandum to the Universal House of Justice by the Research Department, 13 Sept. 1992
- ↑ Shoghi Effendi, 2014, p. 221. El Orden Mundial de Bahá’u’lláh
- ↑ Bahá’u’lláh, 2002, p. 103. Tablas de Bahá’u’lláh
- ↑ Bahá’u’lláh, 2002, p. 33. Tablas de Bahá’u’lláh
- ↑ Casa Universal de Justicia, 1985, no.60. Compilation on Peace
- ↑ Shoghi Effendi, 2014, pp. 108-111. El Orden Mundial de Bahá’u’lláh
- ↑ ‘Abdu’l-Bahá, 2020, p. 6. El Testamento de ‘Abdu’l-Bahá
- ↑ Shoghi Effendi, 1971, p.127. Messages to the Bahá’í World
- ↑ India/Hawaii, 1973, no.63. Directives from the Guardian
- ↑ Casa Universal de Justicia, 2007, no.7. Regarding some elements of the Bahá’í electoral process
Referencias[editar]
- ‘Abdu’l-Bahá (2020). El Testamento de ‘Abdu’l-Bahá. Editorial Bahá’í de España. ISBN 978-84-89677-57-9.
- Bahá’u’lláh (2002). Tablas de Bahá’u’lláh. Editorial Bahá’í de España. ISBN 84-89677-50-6.
- Bahá’u’lláh (2009). Kitáb-i-Aqdás. Editorial Bahá’í de España. ISBN 84-89677-54-9.
- The Bahá’í World, An International Record. (1974). Bahá’í World Centre. Haifa. Volume 14 (1963-1968), Pg(s) 445. View as PDF.
- Casa Universal de Justicia (1985). «Compilation on Peace». Bahá’í International Community.
- Casa Universal de Justicia (1996). «Messages from the Universal House of Justice, 1963-1986». Bahai.works.
- Casa Universal de Justicia (2007). «Regarding some elements of the Bahá’í electoral process». The Official Website of the Worldwide Bahá’í Community. Consultado el 30 de junio de 2023.
- India/Hawaii (1973). Directives from the Guardian. Bahá’í Publishing Trust.
- Glenford E. Mitchell (2009). «Administration, Bahá’í». The Bahá’í Encyclopedia. Bahá’í Library Online.
- Shoghi Effendi (1971). «Messages to the Bahá’í World: 1950–1957». US Bahá’í Publishing Trust,.
- Shoghi Effendi (2008). Dios Pasa. Editorial Bahá’í de España. ISBN 84-89677-44-1.
- Shoghi Effendi (2014). El Orden Mundial de Bahá’u’lláh. Editorial Bahá’í de España. ISBN 978-84-89677-71-5.
- Smith, Peter (2000). «A concise encyclopedia of the Bahá’í Faith». Oxford: Oneworld Publications. ISBN 9781851681846.
Enlaces externos[editar]
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